No es agradable ver comer a una serpiente, especialmente cuando se come a algo mas grande que ella, en esta ocasión el desdichado fue un lagarto del desierto que tubo la mala fortuna de encontrarse en el camino con su victimaria. Al final la serpiente quedó bien gordita y no comerá en por lo menos dos semanas hasta que termine de digerir lo que se comió. No quisiera estar en el pellejo de ese pobre bicho.
Enlace: Izismile
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